Antes de que sigas leyendo, ten cuidado, seguramente este blog no sea para ti.

Así que si crees que tu vida es así y ya está, si crees que eres como eres y no puedes hacer nada, o que del palo tan fuerte que te han dado ya no puedes levantarte, deja de leer, este blog no es para ti. Este blog es para los que quieren mejorar, para los que se esfuerzan, para los que después de cada caída, se vuelven a levantar, para los que se arriesgan a mejorar aun sin tener ninguna garantía e incluso con la posibilidad de empeorar...

Sabemos que será difícil, sabemos que tendremos que intentarlo y mucho, durante mucho tiempo, y que después de todo ese tiempo, puede que todo nuestro esfuerzo no haya servido para nada, o incluso que hayamos empeorado; Pero también sabemos que merece la pena.

Hay una regla... levantarse, siempre.

Como ya te he dicho, deja de leer, seguramente este blog no sea para ti.


La vida es un juego con una sola regla. Levantarse, siempre.

sábado, 23 de abril de 2011

Chocolate.

Chocolate.


De todos es sabido que el dulce por excelencia proviene del cacao. Es curioso como un dulce tan fantástico, procede de una semilla tan amarga.
El chocolate tiene un dulzor único e inimitable; El resto de los dulces se parecen entre si y si se diferencian lo hacen simplemente por la cantidad de azúcar que tienen, pero el chocolate es distinto, tiene un registro que no tiene ningún dulce mas, su aroma, su textura, su sabor, todo es distinto, único e inimitable, y todo eso proviene sin duda del amargor de la semilla de donde se ha sacado, que una vez trabajado, forma un dulce equilibrio perfecto entre dulce y amargo. Lo que hace tan único y valioso al chocolate como dulce, es precisamente su pasado amargo.

Eucalipto.

Eucalipto.


La planta de Eucalipto es una planta cuya savia y hojas son muy ricas a nivel nutritivo, por tanto, se ve atacada por un sin fin de insectos y animales que quieren aprovecharse de ella, sin contar, el peligro que le dan los humanos al querer explotar su madera.
Parece que en la naturaleza, el precio de ser valioso son los ataques de los demás seres vivos.

sábado, 2 de abril de 2011

Los juguetes rotos.

Hace mucho tiempo, en un basurero, había unos juguetes; Estaban rotos, bien por defecto de fabrica, o bien por el simple uso, el caso es que allí estaban, tirados en la basura, olvidados...
No penséis mal, en el basurero no se estaba nada mal, de hecho, se vivía hasta bien, había zonas donde los juguetes rotos jugaban, había mucho espacio y recursos, y entre todos formaban una gran familia. Entre todos compartían sus alegrías y lamentos.


Pero Geber era distinto, el no sabia porque debía estar toda su vida en ese lugar, simplemente, quería algo mejor; Pero tenía un problema, él, como todos allí, tenía un problema... estaba roto, concretamente, tenia un gran corte en su panza de osito de peluche, por donde se le salia la gomaespuma.
Geber quiso arreglarse, y un día, un gran día, tomó la decisión de salir del basurero, y hacer lo que estaba destinado a hacer, dar felicidad a muchos niños.
Cuando la decisión de Geber fue conocida por el resto de los juguetes del basurero, no fue bien acogida, todos sabían que era imposible, que ningún niño podría ser feliz con un juguete roto, y, ¿como iba a arreglarse en un basurero de mala muerte?


Pero Geber no escuchó; A pesar de no entender que la gente no lo apoyara, se puso en marcha.
Mientras salía, thiwi, el coche de juguete que organizaba el lugar, le decía:
- Geber, ¿no ves que es una locura?
- Pero yo puedo curarme -dijo Geber
-¡pero como vas a poder!, ¿no ves que si pudiéramos ya nos habríamos ido todos?, de hecho, ¡ni siquiera nos habrían tirado! 


Pero al peluche no le cuadraba, su explicación tenía lógica, pero algo le seguía diciendo que era posible.
Por el camino, Geber se encontró a muchos juguetes, la mayoría se rieron de él, la ora parte sentía lastima y querían ayudarle a llevar mejor el hecho de que estaba roto, nadie, absolutamente nadie, entraba en razón ni le entendía, y mucho menos le ayudaban.
Una noche fría, nuestro protagonista no tenia donde refugiarse, y, allí, lo vio, un soldadito de plomo al que le faltaba la pierna derecha, dentro de un refugio bajo unos cubos, donde tenía un fugo muy calentito.
Una vez dentro, Geber agradeció al extraño su ayuda, y empezaron a hablar.
-¿como te llamas? -dijo el osito
- Tiverto -respondió el extraño
Cuando Tiverto le preguntó que hacia allí fuera solo, y Geber le contó la historia,la reacción de Tiverto le dejo impresionado.
-vaya... es la mejor idea que he oído desde que estoy aquí -dijo el soldado
-¿tambien crees que es posible? -preguntó el osito ilusionado
- bueno, la verdad es que no se si es o no posible, pero, aunque sea perder el tiempo, es mejor intentarlo que resignarse a quedarse aquí.


Pronto se hicieron muy buenos amigos, juntos, emprendieron el camino. Poco a poco consiguieron una pierna para Tiverto, era una autentica obra de ingeniería, compuesta por dos trozos alargados de hierro, unas gomas elásticas, y un muelle que le hacía de rodilla. Lo de Geber no era tan fácil, su raja no solo era grande, si no que ademas le faltaba rozo de tela, que no encontraba por ninguna parte. Era una misión imposible.
Tiverto sintió mucha lastima por el osito, pero un día, después de buscar durante mucho soluciones, se levantó, y con el rostro serio y la mirada fija, pronunció estas palabras:
-Un sabio me dijo una vez, que si no puedes resolver un problema, puedes odiarlo, o adaptarte a él; Y yo digo que la vida es demasiado corta como para perder el tiempo odiando.
Tiverto, asombrado, dijo:
- ¿que vas a hacer?
El soldado vio como Geber sacaba una aguja, algo de hilo, y empezó a coserse el corte, como le faltaba tela, lo hizo cosiéndose a si mismo cada una de sus partes, un simple arreglo para, al menos, no perder mas gomaespuma. Como resultado, quedó un hueco en su panza, y un oso satisfecho.
Geber tenía la seguridad de haber hecho todo lo que estaba en su mano,ahora, ya estaban listos para irse del basurero.
Se pusieron en camino, andaron durante muchos días, y, al fin, llegaron a la cuidad.


Encontraron una familia, los acogieron bien, podría decirse que habían cumplido su misión, pero lo cierto es que, al estar roto, el chico apenas jugaba con Geber. Hasta que un día al chico le regalaron un puzzle, no supo hacerlo, y las piezas se quedaron ahí desparramas..., entonces, en ese momento, al niño se le ocurrió la idea de meter las piezas del puzzle en el agujero de Geber. Y todo cambió; De pronto, el chico tenia un osito que guardaba dentro un puzzle, y se convirtió en su juguete mas valorado, ¡un osito en el que podías guardar lo que quisieras!
Así fue como el osito comprendió que su "fallo", era precisamente lo que le hacia especial, único y diferente al resto. Geber cumplió su sueño de hacer feliz a un niño.


23 de Diciembre de 2010.